Love is in the air!
El amor floreció en un evento que quedará marcado en la memoria de todos los presentes. Ana y Pedro Juan unieron sus vidas en una ceremonia llena de emociones y momentos inolvidables. Aquí te contamos todos los detalles de este día tan especial.
Preparativos en el Ponce Hilton Hotel
La jornada comenzó con la novia, Ana, preparándose en el lujoso Ponce Hilton Hotel. Rodeada de sus seres queridos y con la ayuda de hábiles manos, Ana lucía radiante mientras se enfundaba en un impresionante traje nupcial. El diseño, con un hermoso lazo en la parte posterior y una cola larga, realzaba la elegancia de la novia. El velo, de proporciones catedralicio, añadía un toque de majestuosidad a su atuendo.
La Entrada Triunfal en la Iglesia La Resurrección en Glenview
La ceremonia se llevó a cabo en la pintoresca iglesia de La Resurrección en Glenview. Pedro Juan no pudo contener su emoción al ver a Ana caminar hacia él, tomada del brazo de su orgulloso padre. La música, a cargo del Grupo Así Somos, envolvía el lugar con melodías emotivas mientras los novios intercambiaban votos llenos de amor.
Fotos de Recién Casados en Ponce Yacht & Fishing Club
Tras la emotiva ceremonia, la celebración continuó en el Ponce Yacht & Fishing Club. Las fotos de los recién casados, tomadas a la orilla del mar, capturaron la esencia del amor que Ana y Pedro Juan compartían. El viento jugó a su favor, haciendo que el velo catedral de Ana ondeara graciosamente, creando imágenes dignas de un cuento de hadas.
Recepción con Toques de Elegancia por Germaine Quiñones
La recepción deslumbró a los invitados con una exquisita decoración a cargo de Germaine Quiñones. Detalles florales por Azio Floral y una iluminación cuidadosamente seleccionada crearon un ambiente mágico y romántico. La coordinadora Germaine Quiñones se encargó de que cada momento transcurriera sin contratiempos, permitiendo que los novios y sus seres queridos disfrutaran al máximo.
Dulces Sabores y Música Festiva
El bizcocho, una obra maestra de Rosangeles Branch, deleitó a los presentes con sabores exquisitos. La música de los pleneros animó la celebración, haciendo que todos se unieran en una fiesta llena de alegría y ritmo. Los recuerdos del día fueron sellados con el Embeleco 360, asegurándose de que cada invitado se llevara consigo un pedacito de la felicidad compartida.
En definitiva, la boda de Ana y Pedro Juan fue un cúmulo de emociones, detalles cuidadosamente planificados y momentos llenos de amor. Un día que quedará grabado en sus corazones y en la memoria de todos los que tuvieron el privilegio de ser parte de esta unión tan especial. ¡Que viva el amor de Ana y Pedro Juan!
Fotografía por: Rafy Vega Photography
Asistente de fotografía: Orlando Alvarado